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A bitácora de Vesania:

ARCHISÍLABOS...

ARCHISÍLABOS... AURELIO ARTETA
EL PAÍS - Opinión - 10-08-2005

Pronto hará diez años que me dio por reunir aquí mismo un amplio elenco de palabras circulantes entre nosotros que tenían en común su notoria y a menudo artificial largura (La moda del archisílabo, 21 de septiembre de 1995). (...)
Y puestos a empezar por algún sitio, díganme por qué señalización en lugar de 'señal',
y contrastación en vez de 'contraste',
y connotación cuando sólo queremos decir 'matiz' o quizá 'sentido'.
¿Será que una vinculación resulta más fuerte que un 'vínculo'
y una argumentación más convincente que un 'argumento'?

Pregúntense si el horrísono concretización dice algo distinto de 'concreción' o 'plasmación',
o la concertación entre las partes vale más que su 'concierto';
si una ejemplificación expresa otra cosa que un 'ejemplo'
o si por un casual la apreciación o la valoración que ofrecemos van más allá del 'juicio' normal y corriente.

(...)
Los vehículos parecen 'chocar', cuando en realidad colisionan, lo mismo que ciertos dramas no nos 'conmueven' sino que nos conmocionan.

El hombre común, al que su médico ya no le ordena un 'análisis' sino una analítica, se queda más pasmado ante una sintomatología que ante los meros 'síntomas' y se sirve de las nuevas tecnologías, pero nunca de las nuevas 'técnicas'.

Es el mismo mecanismo que nos inclina al confusionismo frente a 'confusión', al secretismo por el 'secreto' y que nos pide llamar aislacionismo al 'aislamiento'. ¿Por qué razón? Sencillamente porque, siendo voces más ampulosas, aparecen dotadas de mayor empaque.

Se diría también que algún arrebato teórico nos está empujando al cultivo de la abstracción y a penetrar en las últimas propiedades del mundo y de la vida. (...) El ciudadano actual no se atiene a la 'ley', sino a la legalidad vigente.

(...)

Pero si su pauta de galanura lingüística la dicta el habla del político, tiene usted donde escoger archisílabos, ya lo creo. No le faltarán ni el portavoz parlamentario notable por sus ocurrencias verbales, ni el periodista obediente que las recoja ni el público dispuesto a apropiárselas como si fueran palabra de Dios. Una por una, comience por mentalizarse para la tarea que emprenda, no se limite a 'prepararse' o 'disponerse'. Tenga siempre en su boca referentes, nunca 'modelos', déjese del 'contexto' para situarse en un escenario y, en lugar de 'procesos', ponga en marcha alguna dinámica que otra. Pudiendo hacer un llamamiento, no se conforme con una 'llamada'.
(...)

Dejemos a Chesterton interpretar este fenómeno que ya denunció cien años atrás: "Las palabras largas nos pasan zumbando como los trenes largos. Sabemos que llevan cientos de demasiado cansados o demasiado indolentes para caminar y pensar por sí mismos. Las palabras largas no son las palabras difíciles; difíciles son las palabras cortas". Así se explican los archisílabos, "esas cómodas palabras largas que libran a la gente de la fatiga de razonar".

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