SECRETOS

Siempre he sido malísima para guardar un secreto. Me puede la emoción, las prisas, la impaciencia.
Me refiero a cosas mías, los secretos de otros los he guardado con mayor o menor esfuerzo siempre, claro, que no es lo mismo.

Cuando tienes un tema que te produce mucha emoción, que sabes que será una buena noticia, al menos lo es para ti, que es medianamente importante nunca puedo evitar empezar soltando "pistas", comenzar de pasada diciendo alguna cosa, hasta que al final la gente que me conoce bien acaba adivinando todo el meollo.
Por ejemplo para los cumpleaños, son incapaz de callar que tengo un regalo preparado, consigo a duras penas ocultar el regalo en sí, pero siempre confieso que he comprado algo con días de antelación.

En todo caso, hay temas en los que no entiendo a esas personas que se callan casi todo de su vida, que no te enteras que se casan o cambian de ciudad hasta el día antes, o a veces un mes después. No entiendo ese celo por ocultar una vida privada normal y natural, con cosas que pasan y que decirlo a un vecino, un familiar o un compañero de trabajo sea "lo peor".
Entiendo cierta prudencia, ante imprevisibles que se puedan presentar pero hay gente que se calla de manera enfermiza temas banales que simplemente pueden generar algo de conversación.
Hay gente muy seca, y muy rara.

2 comentarios

[Mª Angeles - 16 de marzo de 2005 - 12:39]

Creo que algo que solo puede dar alegria a las personas a las que se lo puedes comunicar es una pena que se pierda por no compartirlo. Curiosamente las penas o las tristezas no da tiempo a decidir si las compartes o no. En fin, todo depende, pero la espontaneidad creo que es un bien, que hay que saber manejar un poquico "por si acaso". No se si me explico.

[Athe - 15 de marzo de 2005 - 18:52]

A mí también me pasa, probablemente porque hay algo que me hace feliz necesito compartirlo con los demás. Pero claro esto de la privacidad es muy personal. Un saludo paisana.