EN MISA Y REPICANDO.
Leía un artículo sobre la exposición hispano-francesa de 1908 en Zaragoza, y entre sus muchas curiosidades, sobretodo debidas a que era principios del siglo XX, y la sociedad era muy diferente, he encontrado un párrafo, que ha hecho que sonriera:Con todo, las protestas y boicots de la Iglesia fueron continuos durante la muestra, (...), se quejaron del descenso de visitas al Pilar (y eso que el marqués de Comillas prestó 2 focos de trasatlántico para iluminarlo y competir con las bombillas del recinto) y polemizaron con la desahogada vida que parecía darse en el Gran Casino (incluso hubo que defender a las mujeres zaragozanas, origen del nombre del paseo "de las Damas").
De momento, la Iglesia no se ha metido en lo que será la Expo 2008 en Zaragoza, pero sus argumentos frente a otros temas suenan igual de arcaicos, suenan a pataleta de quien no se acostumbra a estar en un segundo plano, a no inmiscuirse.
Cuando se pone el grito en el cielo por los matrimonios civiles gays, me quedo sorprendida.
Ahora dicen que es por llamarlo matrimonio.
Sigo sin entenderlo. Entiendo que no acepten mujeres en la curia, (digamos que lo respeto), y desde luego entendería que se negaran a dar el sacramento del matrimonio a homosexuales.
Llaman a la desobediencia civil de aquellos funcionarios que se consideren cristianos con "una moral rectamente formada" (palabras textuales).
(entiendo que el que se considere cristiano a pies juntillas tenga derecho a la objeción de conciencia, creo que es también respetable).Pero ya está bien de considerarse guardianes de la única moral que existe.
El concepto de moral no pueder ser patrimonio exclusivo de la Iglesia católica.
Ser moral es ser buena persona, amar y respetar.
A veces pienso que en los telediarios, en los periódicos, en las tertulias, en la radio, hay muchas veces debates que no corresponden con la preocupación ni la crispación que hay en la calle. Pienso que la sociedad (como conjunto) da muestras de tolerancia muy superiores a lo que nos quieren "inculcar".
Es más, no creo que bajen las visitas en el Pilar durante la próxima exposición. Pienso más bien y con preocupación, que cuando más se radicalizan las posturas más rédito se saca a los propios intereses.
Puede que el falso debate y la inexistente confrontación sean una mera maniobra para recoger las almas dubitativas y "templadas" con la religión, y convencerles que se caen los pilares básicos de la moral y de la fe.
Convencer a alguien de ser perseguido y oprimido hace fieles con una fuerza increíble para las más alejadas causas.
Uy!, me empiezo a parecer a David de Ugarte (con todo cariño).
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Pedro C -