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A bitácora de Vesania:

DE HOSPITALES INFANTILES, DE MALAS LECHES, Y DE SAMBENITOS DE PADRES.

DE HOSPITALES INFANTILES, DE MALAS LECHES, Y DE SAMBENITOS DE PADRES.

Mi hijo pequeño nos dió un susto el otro día, y ha estado ingresado en el Hospital Infantil unos días. Al final nada grave, está muy bien, muy contento y muy feliz. Algo cansado, como todos, pero feliz.

Yo, nunca había estado allí. (y deseo como todos no tener que volver, claro). Y como siempre, me ha dado mucho qué pensar con las horas que pasas allí, y con las vueltas que le doy a la cabeza y más en estas situaciones.

Lo primero que me sorprendió es el malhumor que lleva, mayoritariamente, el personal sanitario, (auxiliares sobretodo, aunque no los únicos) en la planta de pediatría A, que es la que he vivido estos días.

Lo mal que te tratan. Como si todos fuésemos padres y madres histéricos con nuestros niños, cuando, os lo juro, que es todo lo contrario. Será el susto que llevamos, la preocupación, o el cansancio, el caso es que allí no nos meneamos ninguno. Habrá excepciones de algún padre o madre, que pierda los nervios, (yo no lo he visto en más de 3 días), como desde luego, sí que hay, alguna preciosa excepción, de algún médic@, enfermer@, o auxiliar. Que desde luego los hay, ¡menos mal!, pero que son tristemente minoría y no consiguen borrar el sabor amargo que dejan "los otros".

Se habla a gritos día y noche, te espetan sin tacto ni educación que salgas de la habitación, que no cojas al niño de la cuna, aunque esté llorando a pleno pulmón porque está desorientado con la situación, les molesta que les preguntes, que les pidas, que hagas o dejes de hacer, ¡hasta que pongas a cargar el móvil, cuando no hay teléfono fijo en las habitaciones!.

Me agobia decirlo, porque ya se sabe lo sensibles que son algunos colectivos ante las quejas de los padres, e incluyo a los maestros.

Ya sabemos que no podemos decir nada. Que los padres tenemos la culpa de todo lo que ocurre, que no somos objetivos en absoluto ya que nos debe de dejar sin sentido del juicio el parto o algo así. Pero es que en este caso no me da la gana callarme, porque es rigurosamente cierto lo que digo, y porque lo he vivido en primera persona.

No me han dado el voto de la duda, el del respeto inicial, porque me han tratado fatal al principio, y sólo al final del todo, cuando ven que aun a pesar de todo, les sigues tratando con educación y con "por favor y gracias" permanentemente, amaina un poco el huracán... y creo que no hay derecho. Creo que los padres con un hijo en brazos nos merecemos un respeto, al menos inicial, hasta que se demuestre que somos histéricos, mientras tanto, somos personas (reivindicando el derecho a ponerse histéricos con un hijo inconsciente en brazos, pero más aún, si encima, mantenemos la calma para colaborar en todo...)

Entiendo que son profesiones que queman mucho, que estar oyendo niños llorando permnentemente, agobia y puede sacar de quicio, pero también entiendo que son profesiones elegidas voluntariamente, y que sobretodo los pacientes son NIÑOS que necesitan tranquilidad y cariño.

Es cierto que no son todos, que hay en esa planta profesionales como la copa de un pino, que los niños están bien atendidos, que no se escatiman ni esfuerzo, ni tiempo, ni pruebas, ni recursos, en curar a los pequeños, que la final es lo importante, pero creo que con una sonrisa, pequeña, o un respirar dos veces antes de soltar los malos modos sería todo mucho más fácil para los niños, para nosotros, para sus compañeros, (que sí que la tienen), y al final, para ellos mismos, que haría que sus turnos de trabajo no fueran una condena para los que les rodean.

¿No se pueden hacer pruebas complementarias de mala leche en los accesos a algunos puestos?

4 comentarios

laMima -

Sé de lo que hablas querida...
DAniel estuvo 15 días ingresado por neumonía cuando tenía dos años y aún recuerdo el geniacho con que nos despachaban a los padres a las 21,00h. (entonces no dejaban quedarse con ellos de noche. Te ibas a las 21,00 y volvías a las 13,00h. del día siguiente. Allí solico, con los goteros..y esas brujas).
De la experiencia con Ainhoa en neonatos...mejor no te cuento. Sería mala suerte hija pero vi cosas....
Eso sí, es cierto que hay gente majeta y que cuando te los encuentras te aferras a ellos como a clavo ardiendo. Y lo saben. Y es injusto...
Besicos mil a los cuatro. venga, solo un susto.

Isabel -

Me alegro mucho que el peque esté bien!!
Menudo susto, un beso muy fuerte.
Isabel

Inde -

Ay, Carmen! Me alegro de que el chiquillo esté bien y no haya pasado nada. Y en cuanto al trato... pues tienes toda la razón. Yo tuve más suerte cuando, de chiquitina chiquitina, Julia estuvo en el hospital nueve o diez días porque la operaron. El personal era estupendo, amabilísimo; y las excepciones eran las personas que te trataban con impaciencia o dureza. Recuerdo que, por entonces, comentamos lo mismo que tú: tú vas allí con tu susto, con una criatura pequeñina que va a tener que entrar en quirófano... y se agradece mucho, mucho mucho, que los profesionales del hospital sean amables y comprensivos. Todo es mucho más llevadero.

Besos y un abrazo gigante al chico.

marta -

Pues tienes toda la razón del mundo. No he estado en pediatría, pero cada vez que voy a un hospital y me tratan bién y con una sonrisa lo veo casi como anormal, cuando debería ser todo lo contrario. Si están puteados que se busquen otra vida, que no es nuestra culpa que detesten su vida.