LA HISTORIA INTERMINABLE: TRAVESÍA CENTRAL FERROVIARIA.
La estación internacional, de tren de Canfranc, no es una estación de ferrocarril.
Esta impresionante fantasmagoría, es un Machu Pichu de una prematura arqueología ferroviaria -paleontología, más bien- del siglo XX.
Es una melancólica meditación sobre cómo el titánico esfuerzo técnico y humano, la inversión de capital, el tesón sin limites del pueblo aragonés, la corta -menos de cincuenta años- existencia de este ferrocarril, toda suerte de adversidades y sinsentidos, se condensan en este monumento.
Con raíces que se hunden en el siglo XIX, pieza de un ambicioso plan de ferrocarriles transpirenaicos, Canfranc, línea de Zaragoza-Huesca-Jaca-Canfranc-Pau, en rigor.
La obra de Canfranc supuso una gesta de reforestación y de defensa medioambiental antialudes que dejaría pequeñas aquellas plantaciones al lado de las carreteras que Primo de Rivera preconizaba para su plan de Firmes Especiales.Entre 1903 y 1928, el año inaugural, fueron plantados más de siete millones de árboles que junto con los trabajos de canalización de aguas, de aludes, muros de contención, diques, etc., costaron, con creces, más que el equipamiento propiamente ferroviario. (Sí, un disparate medioambiental)
En 1853 se publicó el Manifiesto de los aragoneses a la Nación española (qué nombre más bonito y evocador, ¡lo podriamos recuperar para cuando nos tengamos que hacer oír en Madrid ;-))!, para reivindicar una salida ferroviaria allende la cordillera, y su plena consecución no se consumó hasta 1928, el 18 de julio.
"Una gran obra de fraternidad y de riqueza".
A los seis años de su entrada en servicio, en 1936, Canfranc se cerró por causa de la Guerra Civil. El 15 de marzo de 1940 llegó a Los Arañones el primer tren procedente de Francia. Fue casi una reinauguración, le quedaban 30 años solamente por delante, hasta que un día de 1970, Francia se limitó a comunicar que la línea queda interrumpida por el accidente de un tren cargado de maíz en el puente de L’Estanguet, cerca de Oloron...
Un simple tren fuera de la vía, un triste tren y unos kilos de maíz que no se podían apartar esta vez... 125 años después de que se comenzara una de la mayores obras de ingeniería de la época. Ese tren fuera de sitio cortaba para siempre la conexión ferroviaria de Aragón con Europa, y cerraba para siempre la travesía central transpirenaica del país.
Es imposible de entender. Un esfuerzo titánico, para abandonarlo a las primeras de cambio, un obra genial de la ingeniería olvidada bajo la maleza. Y una nula visión estratégica que dejaba sin uno de los tres únicos pasos de comunicación que tenía el país.
Todos vemos la importancia de esa obra, la necesidad de volver a ponerla en marcha, la importancia para ambos lados de los pirineos.... pero allí sigue, hundiéndose, desapareciendo bajo una reforma que la destruirá en un hotel de lujo...
Si cierro los ojos y me concentro un poquito todavía puedo verme con mi hermana, no tendriamos más de 5 o 6 años, serían los veranos entre el 76 y el 79.... más o menos. La estación inmensa, fría y silenciosa. Se podía entrar en sus salas, obervar la altura de sus techos, recorrer sus suelos, hacer el eco de un extremo a otro. Pasar al lado francés, y luego al español, y luego al francés y luego al español, y leer los letreros en ambos idiomas, correr por sus andenes, saltar a las vías oxidadas ya alcanzadas por la maleza, ver los pinos recién nacidos entre las piedras del balasto, respirar ese olor penetrante y eterno del alquitrán de las traviesas... detenernos a distancia de la boca del túnel, oscura, tenebrosa, que parecía que iba a tragarnos, y que se tragó al fin una buena parte de lo que hubiera sido nuestra historia....
Fuente de la historia: Todotrenes.com
2 comentarios
Vesania.- -
Odio la desidia y la sinrazón de este cierre. No me entra en la cabeza.
Saludos.
GANESHA -
salu2 y rieles