Una pareja de ancianos baja del autobús.- Un poema de Rodolfo Serrano.
Una pareja de ancianos baja del autobús
En sus pies arrastraban todos los días del mundo.
Y en sus ojos de agua estaba la tristeza
de quien todo lo ha visto y nada ha sido suyo.
Había como un miedo a un futuro que era
corto como los besos robados en la noche
o como la palabra de amor no pronunciada.
La cogió dulcemente de la mano, muy tenue,
como si aquellos dedos fueran cristales transparentes,
latidos de un corazón cansado y entreabierto.
Posiblemente fuera la angustia de los lunes
en sus cuerpos vencidos lo que andaba con ellos
o ese viejo temor a un mañana improbable.
Se fueron, lentamente, perdidos entre el ruido,
sabiendo que la vida era sólo el segundo
siguiente a ese segundo de la mano enlazada.
Sabían que el pasado empujaba sus cuerpos.
Y el tiempo no podría jamás, jamás, con ellos,
por mucho que los años derrotaran la carne
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