EL MACARRA DEL HYUNDAI
El título es en sí mismo una perogrullada, pero...
20 horas, parque comercial de Gorbeia en Vitoria, salgo del parking, por una zona absolutamente desierta al final del todo, la salida está flanqueada con una señal de dirección prohibida, pero yo hago caso omiso, como todo el mundo sabe, las señales de circulación son meramente decorativas en un centro comercial. Cuando estoy a punto de alcanzar la salida, se me echa encima un hyundai negro, viejo, de la época del Talbot más o menos, con su macarra dentro, haciendo aspavientos como que estaba loca y tal. Me lo quedo mirando, gesticulando cual ridículo teleñeco, sin perder la calma ni un segundo, ya que está claro que me ha visto venir y se me ha echado encima con toda la intención ya que nadie utiliza esa salida, a tomar viento de la entrada principal.
Le digo que se aparte y salgo, y él entra, y el me dice con gestos que "por sus cojones". Buenoooooooooo, me relajo, pienso en que soy mujer, no hay nadie alrededor, y estoy embarazada de casi siete meses... así , que no, no merece la pena.
Digo entre dientes que se relaje, que por supuesto me voy a apartar ya que tengo mucha más clase que él, e infinito mejor coche como para que me lo toque para intimidarme.
Me jode el orgullo, es cierto, pero no puedo pretender ser más chula que un macarra con hyundai, y echo marcha atrás para que el pase a un milímetro picando rueda...
¡¡qué asquito!!
4 comentarios
Diego de Rivas -
Esto me ha gustado y certifico que es así: Una joven mujer, sobradamente preparada, madre de dos hijos - uno en camino, esposa de Fernando y con clase.
Sí, señorita. Me encanta, ya te digo.
Saludos
Fernando -
macarra de hyundai -
Y, con dos cojones, me dice que me aparte... Pues no, señora, aquí yo tengo preferencia.
Ay, mujeres.
laMima -
El tío me siguió hasta el trabajo cuando aparqué se acercó muy chulico a decirme que por qué le había pitado..imagina la cara que puso cuando me vió salir del coche con el barrigón diciéndole que me había servido de airbag por su culpa...afortunadamente agachó las orejas y se largó.
Hay mucha peña de esa, demasiada. Entran ganas de repartir bofetadas a troche y moche, aishhhhh
Que alegrón tenerte por aquí de nuevo hermosa.
Cuídate, besicos.