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A bitácora de Vesania:

¿ESTÁS AGOTADA?¿NO PUEDES MÁS?

¿ESTÁS AGOTADA?¿NO PUEDES MÁS?

Estás cansada, no puedes delegar trabajo... ¿Eres una mujer agotada?

Muchas mujeres se hacen cargo de todo aquello que les toca, que constituyen sus infinitas tareas cotidianas...

Contar el día de muchas mujeres puede resultar una tarea extenuante; pero para muchas personas más aún: inverosímil. Por lo general realizan tareas dobles (o triples o cuadruples...), cada movimiento incluye la previsión de al menos otro: apuntar las medicinas que deberá comprar a su madre y planifica las actividades del día siguiente mientras toma una ducha aprovechando para dejar la bañera limpia y las toallas cambiadas.

 

El hacerse cargo de, absolutamente todo, pesa como una espada de Damocles, como un destino del cual no se pueden apartar hasta ese día en que esa enfermedad, agazapada, emerge como "Síndrome de agotamiento femenino". El resultado de tan alta disponibilidad en desmedro de los espacios personales lleva a una variante de la depresión.

No es fácil encontrar mujeres que hablen de su agotamiento. Apenas se plantea el tema muchas advierten: "Es lo que me pasa a mí", pero a la hora de poner en palabras ese malestar priman los sentimientos de vergüenza. “Es que no soy suficientemente buena...”

Sus síntomas se van presentando como una modificación en las relaciones: el cansancio, el exceso de responsabilidades provoca que la mujer vaya retirando el afecto de sus vínculos, que se torne más irritable y que lo único que puede interesarle, al terminar la última tarea de lo que parecen ser jornadas sin fin, sea acostarse y dormir.

Entonces, se exige más porque piensa que no está a la altura de las circunstancias. Se siente agotada, harta, desganada y hasta aquellas actividades que antes le eran agradables, ahora le resultan una carga. "Tengo que ir al cine con mis amigas", dice como si fuera una obligación. Está tan cansada que ni siquiera una escapada la recupera (luego cuando vuelva tendré “además” que recoger maletas, ropa, ordenar todo de nuevo).

Tienen conciencia de que se exceden en su eficacia y que deberían disminuir actividades o delegar responsabilidades en alguien más pero siempre acaban renunciando a espacios propios.

El síndrome recae en la mujer que, por una cuestión ya no tradicional sino de forma de ser, es más propensa a ocupar ese lugar, a sentirse culpable por no atender correctamente a la familia. ¿Y tu marido, qué hace?, es la pregunta. Y ella sólo responde con un gesto burlón, aunque luego comienza a justificarlo con: “me ayuda algo, pero es que tiene horarios de trabajo muy particulares.”¿Por qué esa diferencia con los hombres? Por lo natural que resulta para ellos decir que no, aceptar que no pueden ir a la fiesta del colegio de su hijo si están trabajando y no sentirse culpables, o ejercer su deseo de disfrutar de un partido de fútbol con amigos. Para ellos, basta con "ayudar" en las tareas domésticas, y eso es algo que se deja fácilmente de lado por los intereses propios.

PROPUESTAS para mejorar la situación personal.

- Reconocer lo que le ocurre.

- Dejar cada día un tiempo para hacer algo placentero personal. Una cosa por día: un baño de inmersión, un encuentro con una amiga fuera de casa, ir a un cine, salir a andar o simplemente echarse en el sofá a leer, ver televisión o mirar por la ventana.

- Recuperar la relación con los demás

- Tener una consulta con un especialista para intentar recuperar la autoestima.

- Hacer un repaso de la propia historia para verse a una misma y para verse en relación con los modelos que tuvieron.

- Delegar en alguien de la familia una tarea, al menos una vez por semana para comenzar.

- Dejar una tarea pendiente, aunque más no sea una vez a la semana.

- Invitar a alguien de la familia a completar esa tarea no hecha.

- Tomar una asistenta para hacer parte de la tarea propia.

 

Bueno, pues habrá que intentarlo, y que conste que mi marido me "ayuda mucho", (que no tengo ganas de pleitos....)

 

(TOMADO (y recortado) DE LA PÁGINA www.padresehijos.miarroba.com

4 comentarios

Paola vernaza -

Excelente articulo, asi me siento yo por muchas circunstancias, trabajo quiero ser excelente en el trabajo, quiero seguir estudiando, soy investigadora quiero publicar los resultados en revistas prestigiosas, quiero escribir libros fuera de eso soy esposa, mamá de tres hijos, la casa debe funcionar perfecta, quiero colaborar con mis vecinos, con mis amigos etc, quiero ser la mujer maravilla, pero al final quede vencida por el agotamiento. hoy he hecho un alto en el camino y me di cuenta que los poderes se me acabaron y el estres me esta venciendo. Considero que hay que hablar en familia y nuevamente replantear ls aslud de una mama FELIZ Y SALUDABLE.

Fernando -

pero siempre estás en mosquetera...besos Carmen.

Isabel -

La gata de la foto (supongo que es gata...;-)) da fe del cansancio con el que terminamos el dia.
Yo siempre digo que paso de trabajar remuneradamente por la mañana para pasar a hacerlo sin remunerar por la tarde.
También yo quiero dejar constancia que mi marido "colabora" (pequeño matiz que diferencia al "ayuda") en casa...
Un beso.

Fernando -

Mira lo que pone en un libro del IESE para ayudar a directivos (que es como tendría que verse a si misma una mujer en la situación que describes)a comprender sus limitaciones, a delegar, a elegir que se hace, que se manda a hacer a otros y qué se decide que no haga nadie y así reducir la tensión en la vida. Los síntomas que describe el artículo que propones son de estress agudo. Cito textualmente.

-Está bien interesarse en la calidad, pero hay que ser justo por uno mismo.

-Empiece a reconocer que lo que está por "debajo de lo admisible" para un perfeccionista, es perfectamente aceptable para la mayoría de las personas.

-Deje que sea la finalidad para la que está haciendo un trabajo la que determine el tiempo que debe dedicar a hacerlo.

-¿Cree usted en el antiguo adagio, "si quieres algo bien hecho, hazlo tu mismo"?. No se pregunte si otros podrán hacer el trabajo tan bien como usted. Es suficiente con que lo hagan bien.

-Cuando se sienta abrumado, aprecie el valor de las cosas "¿cómo va a encajar en el resto de mi vida esto que estoy haciendo en concreto? ¿Que importancia tendrá esto dentro de 150 años?"

Y sigue con consejos para reducir la tensión:

-Revise lo que es necesario hacer. Imagínese que es un cirujano militar en campaña abrumado por la enorme cantidad de heridos y por lo limitado del tiempo y de los medios que dispones, obligado a decidir qué soldados debe salvar y cuales ha de dejar morir. Algunas tareas, con un poco de atención, se las puede mantener vivas hasta mas tarde.

-Replantee las fechas límite. No están grabadas en piedra.

-Acorte las pausas, pero no deje de tomarlas.

-Emplee ayuda eventual (en esto coincide con lo de la revista).

-Amplíe el campo de visión. Cuando uno de esos días haya por fin acabado, evalúe lo que salió mal y por qué se le amontonaron las cosas. Saque lecciones.

-Es encomiable realizarse en el trabajo, sin embargo, no debe de hacerse del trabajo el sentido de la vida.